Ya iba anocheciendo y una monja estaba caminando por la calle
-De repente una rubia se ofrece a llevarla en su coche.
Muy agradecida la monja aceptó y se subió al automóvil, un reluciente FERRARI rojo con asientos de cuero, equipo de sonido ALPINE y unos 100 extras más.
- Que precioso coche tiene usted -comentó la monja- ¿Debe haber trabajado mucho para poder comprarlo, verdad?
-No, no fue así hermana, en verdad, me lo regaló un empresario que se acostó conmigo durante un par de meses.
La monja no dijo nada, mirando hacia el asiento de atrás vió un bellísimo abrigo de visón y le pregunta nuevamente a la rubia:
- Su abrigo es muy bonito, le debe haber costado una fortuna.
- En verdad no me costó nada, me lo regaló un jugador de fútbol por haber pasado con él un par de noches.
La monja tampoco dijo nada, y ya no habló más durante todo el viaje..
Llegada al convento, la monja se fue a su cuarto y se acostó.
De pronto alguien toca la puerta.......
- ¿Quién es? preguntó la monja.
-Shhhhhhh, Soy yo..., el Padre Martín.
- ¡¡Sabe qué Padre !!
- ¡¡Se puede ir a la mismísima mierda con sus chocolatinas !!
8 comentarios:
Jajajaja Pobre, la estaban estafando y ella sin saberlo. Un saludo.
JAJAJA!! POBRE MONJA!
Eso le pasa por ser tan ingenua jejeje
Gran chiste :)
Un Saludo!
Andrés Z.
Jua jua , la monja me parece que a partir de ahi cambia la tecnica.Besicos . a partir de hoy te enlazo en mi blog con tu permiso.Besico.
Fíate de los curas ....
Lo que se puede aprender viajando...
Es la ley de la oferta y la demanda. O Ferraris y apartamentos en la playa o coges 2 piedras.
Buena moraleja. No te acostarás sin saber una cosa mas... La monja parece que aprende rápido... Saludos. Victoria.
Pobrecilla.....
Lo he leído un montón de veces...no me canso!
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